Israel, el Estado-Nación judío
Israel, el Estado-Nación judío no es una frase hecha, es una realidad. Todo pueblo necesita de su terruño. El pueblo de Israel desde los tiempos bíblicos ancestrales fue privado de la “tierra que su (nuestro) Elohim le prometió” en Abraham, luego en Isaac (no en Ismael), y que se hizo realidad en Jacob, su hijo.
Todos somos testigos (por la historia) del nacimiento del Estado de Israel un día de 1948 (antes la Nación en 1947), como producto de un proceso lento pero gradual, de avances y retrocesos, de luchas, de fracasos y victorias (De los orígenes del «Estado Hebreo»). No nace por azar, ni por capricho de hombre alguno, sino por los designios mismos de HaShém su Elohim (Is 66:8; Dn 12:7).
No debe sorprendernos que el pueblo de Israel, «los judíos», representado por el Estado de Israel reclame la “tierra”, su terruño, como su propia Nación, una judía. Así como todos los pueblos de la tierra tienen la propia.
Israel es de Todos
La constitución israelita garantiza la libertad e igualdad de todos los ciudadanos y respeto de toda creencia y raza (Israel: la secreta razón por la que los árabes rechazan la Ley del Estado-Nación Judío), permitiendo la diversidad cultural, dentro de un marco legislativo de convivencia pacífica y respeto a la vida.
Estos valores no están cuestionados en la nueva ley del “Estado-Nación judío”. Todos podemos estar tranquilos y confiados de poder encontrar nuestro lugar en esta nación que nuestro Padre Creador, HaShém, nos dio. Si, a todos los que tememos su nombre, para glorificarlo y adorarlo (Zacarías 14:16-18). Entonces podemos decir a gritos: Israel, el Estado-Nación judío de “todos”.
Isaías 66:8 ¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos. (Reina Valera 1960)
Daniel 12:7 Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas. (Reina Valera 1960)
La Noticia:
Los cristianos locales critican a Israel al declararse el «Estado judío»
